martes, 4 de agosto de 2009

Aquí en la tierra

Aquí en la tierra
somos el uno para el otro:
cuatro patas en el aire al mismo tiempo

galopes
saltos congelados

Deberíamos dejar de lado cualquier intento
que implique dilación:
el perdón llega después
nunca antes


Para lavar los pecados que en ellos cometa el mundo

ha de haber siempre niños

sumergiendo las manos hasta las muñecas


Su canto:

un cántico del paraíso
el plácido estanque donde su Señor se deleita

no como un dios

sino como un niño que podría ser un dios

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